Ahora que ya estamos en primavera y volvemos a ratos al tiempo invernal, aún no he terminado de organizar las fotos del verano pasado. En el viaje a la Costa Brava, que sin duda hace honor a su nombre, pasamos por la Torre de Sant Joan, del s. XI, parte de un castillo que solo pudimos ver por fuera al encontrarse en obras. Su torre del homenaje ha sido muy restaurada a lo largo de los siglos, la última vez a partir de fotografías antiguas, es un lugar singular a visitar en Lloret de Mar, Girona.
A los niños (universitarios todos, ya, pero siempre niños...), les pilló un BeReal en medio de la visita, así que se tomaron un selfi compartido, que parece que la aplicación no admite demasiada demora. Parece que la idea es la inmediatez en directo, sin retocar, aunque creo que ya ha decrecido su interés.
