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  • Foto del escritorLoreto Barrios

Explorando 2020 VII. Valdemorillo.


Continuando con el reto de descubrir mi entorno en solitario, esta semana he ido a Valdemorillo, pueblo madrileño de la Sierra de Guadarrama que forma parte de la denominada Ruta Imperial de la Ciudad de Madrid, que es la que el monarca Felipe II recorría de camino al Monasterio del Escorial desde la Villa y Corte.

Es un lugar amable y lleno de moteros que se van saludando con ese gesto universal de hermandad motera en carretera.

La intención era disfrutar esta mañana de La Despensa de Madrid, un mercado de alimentos itinerante de productos de proximidad que recorre 20 municipios madrileños por estas fechas, pero el COVID-19 ha impedido su celebración, con lo que esta mañana me he quedado descompuesta, sin alimentos y sin respuestas en la plaza de la iglesia.

He de añadir que me he recorrido unas cuantas calles buscando alguna explicación sin éxito; ni Ayuntamiento ni Casa de la Cultura estaban abiertos, pero finalmente he tenido la fortuna de encontrarme a unos desconocidos compañeros de Protección Civil que me han contado que lo avisaron ayer por la noche (¡esa Prote!).

Darwin nos señaló la importancia de adaptarse o morir y he optado por adaptarme, así que he visitado la Iglesia de Nuestra de la Asunción, que forma parte de la Ruta de la Piedra de Valdemorillo.

De estilo herreriano (como el Escorial), en la que lo visto data del siglo XVI, aunque se asiente, como casi siempre, sobre trazas más antiguas que remontan al siglo VIII.

Con notables bóvedas de crucería al interior, la fachada herida por la guerra civil, una torre con campanario que da las horas (la gemela no se terminó, cosa también frecuente), y un bucólico nido de cigüeñas.

Estaba también cerrada la Cueva Museo, en la antigua Fábrica de Lozas, de 1845, con tres hornos-botella de ladrillo visto en buen estado.


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