Ahora que ya no dudamos de que ha llegado el tiempo invernal a Madrid, a ratos continúo ordenando las fotos del verano, en el que aún me teñía... Hoy le ha tocado a la ciudad íbero-romana de Lucentum, en Alicante, en la Vía Augusta que discurre en paralelo a la costa occidental del Mare Nostrum, nuestro Mediterráneo, y que con 1.500 km constituye la calzada romana más larga de Hispania.
Construida durante los siglos IV a. C. y I d. C., varios siglos después de su abandono se utilizó como maqbara, cementerio islámico, lo que aún se siguió haciendo hasta el pasado siglo.
Allá por el siglo XVI la zona era con frecuencia atacada por piratas como Barbarroja, por lo que desde los altos del sitio arqueológico, donde se ubica el reloj, pueden verse en lontananza varias torres defensivas a modo de guardianes del miedo.
El lugar dispone de pasos elevados y abundante cartelería que permite disfrutar de mosaicos, murallas, hornos, cisternas, y termas con un suelo radiante por aire caliente que denominaban hipocausto.
Fue un día de calor horroroso, de ahí las caras apagadas, así que al salir nos repusimos con una paella en la playa de la Albufereta.
