Una casba, qasbah o kasbah es la parte central de una ciudadela, de la que procede la palabra española alcazaba, recinto fortificado dentro de una población. Se utiliza para describir la zona antigua de una ciudad, lo que nosotros diríamos el casco viejo.
Nosotras visitamos la casba Maadid, en Erfoud, la que llaman puerta del desierto, que se dedica en gran parte a abastecer a los que van a introducirse en él. En realidad Maadid es un ksar, un poblado, más que una casba, que es de una sola familia, y de la que deriva la palabra española alcázar. Se trata de estructuras de adobe típicamente bereberes, con los materiales y disposiciones clásicas de la arquitectura vernácula bioclimática, pasos estrechos, muros gruesos, celosías y huecos pequeños, con casas orientadas a los patios interiores y calles parcialmente cubiertas. Como era viernes, el equivalente a nuestro domingo, por respeto a los habitantes, llevábamos una especie de chilabas sin capucha sobre nuestras ropas deportivas.
El bereber tiene su propia lengua y alfabeto, propio de esta etnia autóctona del norte de África; de hecho la fachada del aeropuerto de Errachidía está rotulada en bereber, francés y árabe. Pese a ser poco conocido en occidente, el pueblo bereber ha dado al mundo personajes tan ilustres como el mismísimo San Agustín, y más de un emperador romano.
Rissani es otra ciudad importante de la zona, con un mercado que vimos raudas y veloces de camino al aeropuerto.
